VATICANO,
El Papa Francisco presidió el rezo del Ángelus en la fiesta de la Santísima Trinidad y explicó que esta fecha "nos invita a emplearnos en los acontecimientos cotidianos para ser levadura de comunión, de consuelo y de misericordia".
Además, el Pontífice recordó que en esta misión "somos sostenidos por la fuerza que el Espíritu Santo nos dona: la de curar la carne de la humanidad herida de la injusticia, de la explotación, del odio y de la codicia".
Francisco comentó el Evangelio del día en el que Jesús, poco antes de su Pasión, "explica a sus discípulos la verdad más profunda sobre Él, y así viene dibujada la relación entre Jesús, el Padre y el Espíritu Santo".
"Jesús revela en qué consiste esta misión, ante todo el Espíritu Santo nos guía a entender las muchas cosas que Jesús mismo tiene todavía que decir".
El Santo Padre añadió que "no se trata de doctrinas nuevas o especiales, sino de una plena comprensión de todo aquello que el Hijo ha escuchado al Padre y que ha hecho conocer a sus discípulos".
"El Espíritu nos guía en las nuevas situaciones existenciales con la vista puesta en Jesús y, al mismo tiempo, abierto a los eventos y al futuro. Él nos ayuda a caminar en la historia firme radicada en el Evangelio y también con dinámica fidelidad a nuestras tradiciones y costumbres".