GUADALAJARA,
El domingo 3 de octubre de 1847, antes de celebrarse una Misa en el camposanto de la capilla de La Purísima Concepción en la ciudad de Ocotlán, en México, más de 2 mil personas fueron testigos de una imagen perfecta de Jesucristo Crucificado que apareció en el cielo por más de 30 minutos.
Este hecho histórico, conocido como "Prodigio de Ocotlán" y del que se cumplen 175 años este 2022, fue aprobado por la Arquidiócesis de Guadalajara en 1911 y ocurrió un día después de que un temblor dejara en ruinas a esta localidad del estado de Jalisco, con un saldo de 40 muertos.
Antes de iniciarse la Misa aquel 3 de octubre, que sería presidida por el vicario parroquial P. Julián Navarro, empezaron a unirse dos nubes muy blancas al noroeste del cielo y en medio de ellas apareció la imagen de Cristo.
Los presentes y quienes se encontraban en pueblos cercanos se conmovieron, hicieron actos de contrición y pidieron a gritos "Misericordia al Señor". Por tal motivo este Cristo fue nombrado el "Señor de la Misericordia", y en su honor, en septiembre de 1875, se bendijo y consagró un nuevo templo parroquial dedicado a Él.
Entre los fieles que presenciaron el prodigio también se estaba el P. Julián Martín del Campo, párroco de la comunidad, y Antonio Jiménez, el alcalde de la ciudad. Ambos enviaron cartas a sus respectivos superiores contando lo ocurrido.
Además, tras el prodigio se elaboró un expediente con 30 testimonios de testigos oculares por mandato del laico Miguel Castellanos. Cincuenta años más tarde, en 1897, bajo la orden del entonces Arzobispo de Guadalajara, Mons. Pedro Loza y Pardavé, se realizó un nuevo expediente con 30 personas más, entre ellos 5 sacerdotes.