REDACCION CENTRAL,
Después de leer la tercera parte del secreto de Fátima, San Juan Pablo II decidió viajar a Portugal el 13 de mayo de 1982 y consagrar no solo a Rusia, sino también a todo el mundo al Inmaculado Corazón de María.
Este acto, sin embargo, no satisfizo la consagración solicitada por la Virgen María, pues también debían participar los obispos de todo el mundo.
Por lo tanto "el 25 de marzo de 1984 en la Plaza de San Pedro, recordando el mandato pronunciado por María, el Santo Padre en unión espiritual con los obispos del mundo, confió a todos los hombres y mujeres y a todos los pueblos al Inmaculado Corazón de María", dijo el Cardenal Tarcisio Bertone, el entonces Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
"Sor Lucía confirmó personalmente que este acto solemne y universal de consagración correspondía a los deseos de Nuestra Señora ('Sí, desde el 25 de marzo de 1984': carta del 8 de noviembre de 1989). Por tanto, toda discusión, así como otra petición ulterior, carecen de fundamento", expresó el Cardenal Bertone.