Santa Juana de Aza tenía dificultades para concebir un hijo. Por eso le rezó a Dios y pidió la intercesión de Santo Domingo de Silos. Sus oraciones fueron escuchadas y en agradecimiento le puso a su hijo por nombre Domingo.
Una noche, Juana soñó que daba a luz a un perro con una antorcha en la boca que corría por todo el mundo.
El sueño la asustó y se dirigió a un monasterio para consultar con un monje, que le dijo: "No se preocupe, señora. La antorcha encendida representa la palabra de Dios. Como el perro, tu hijo va a ir por todo el mundo anunciándola".
Esa historia, junto con la piedad de Juana, debió de haber inspirado a su hijo Domingo para dedicarse al Señor. Fundó la Orden de Predicadores y ayudó a detener la propagación de la herejía albigense, la cual había incursionado peligrosamente en el cristianismo de su época.
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7. Margarita Occhiena (venerable) y San Juan Bosco
Margarita fue la madre de un santo amado por millones de personas. Trabajando junto a su hijo, Margarita procuraba que los niños de la calle recibidos por Don Bosco fueran bien atendidos y cuidados.
Más información sobre Margarita Occhiena en este enlace.
8. Beata Ortolana de Asís y sus hijas Santa Inés y Santa Clara de Asís
Ortolana era una mujer de mucha virtud y piedad cristiana, solía hacer largas peregrinaciones a Bari, Santiago de Compostela y Tierra Santa. A pesar de su gran piedad, desprenderse de sus dos hijas para que siguieran a San Francisco de Asís no debió de ser fácil.
Sus hijas Clara e Inés fundaron la Orden de las Damas Pobres de San Damián, conocidas como clarisas.