GUAYAQUIL,
La comunidad de sacerdotes capuchinos en Portoviejo, Ecuador, prepara 3600 comidas diarias para damnificados, rescatistas, policías, bomberos y militares luego del terremoto ocurrido el pasado 16 de abril.
Son en total 1200 desayunos, 1200 almuerzos y 1200 meriendas lo que ofrece la comunidad que así colabora con todas estas personas.
"Esto ha hecho unir a mucha gente, distintas personas se acercan a dejarnos pollo, carne, arroz, aceite pero ya se nos están terminando. Queremos seguir ayudando pero ya no tenemos como hacerlo", afirma el hermano Felipe Intriago, integrante del movimiento Juan XXIII.
Personas pertenecientes también a otros movimientos apostólicos como la Legión de María, Renovación Carismática y grupos parroquiales ayudan voluntariamente cada día a preparar y servir los alimentos, informa la Arquidiócesis de Guayaquil.
Como esta son muchas las iniciativas que la Iglesia Católica en Manabí está realizando para socorrer a los afectados por el terremoto del 16 de abril.
Para ayudar a que ese trabajo no se detenga, todas las parroquias de la Arquidiócesis de Guayaquil se han convertido en centros de acopio donde los fieles pueden hacer llegar su aporte.