MADRID,
El Obispo de Córdoba en España, Mons. Demetrio Fernández, ha enviado su carta pastoral con motivo de la fiesta de la Ascensión del Señor que señala "la entronización de Jesús como Señor y Rey a la derecha del Padre para interceder por nosotros y para venir glorioso al final de los tiempos, cuando todo le sea sometido, incluso la muerte".
"Es una fiesta de gloria, es una fiesta de victoria, es una fiesta muy gozosa", precisa el Obispo porque "somos ciudadanos del Cielo".
"Si somos, por tanto, ciudadanos del Cielo que todavía viven en la etapa terrena, debemos vivir con Cristo que está sentado junto al Padre", recuerda y por eso apunta que con esta certeza y con esta esperanza "nos ponemos a la tarea de cada día cuya meta es llevar a Jesucristo a todos los hombres e ir transformando este mundo, haciéndolo cada vez más parecido al Cielo", afirma.
La fiesta de la Ascensión del Señor se celebra cuarenta días después de la Resurrección e inaugura "una etapa de comunicación fluida entre el Cielo y la tierra. Desde entonces, el Cielo no es algo lejano. Tenemos allí, junto al Padre, a uno de nuestra propia carne, el enviado del Padre para redimir a los hombres por su sangre en la Cruz".
El Obispo de Córdoba apunta que "pensar en el Cielo es vivir en la realidad, hemos nacido para el Cielo", por el contrario, prescindir de este aspecto de nuestra existencia es como "achatar nuestra figura para quedar reducidos a lo puramente mundano".
Una fiesta que "nos hace mirar a lo alto, mirar al Cielo a donde Jesús se ha ido para atraernos a todos hacia él", "levantar el vuelo de nuestras aspiraciones y ensanchar el horizonte de nuestra vida", algo que según explica es "lo propio de quien espera una vida mejor después de la vivida en la tierra, el que espera la vida eterna".