SANTIAGO,
Cuando el estadounidense Chase Hilgenbrinck comenzaba a destacar en el fútbol profesional, Dios lo llamó a ser sacerdote. Dejó su carrera en Chile y con mucho esfuerzo fue ordenado presbítero en 2014, en unos días volverá al país del sur para celebrar una Misa y compartir su testimonio.
En su paso por Chile, donde jugó profesionalmente tres años, el P. Hilgenbrinck visitará Chillán, a 400 kilómetros al sur de Santiago. Allí celebrará una Misa en la parroquia Santa Ana el sábado 7 de mayo a las 20:00 horas.
Hace unos años Chase compartió su testimonio en el programa Nuestra Fe en vivo con Pepe Alonso en EWTN y allí contó que en su paso por Chile, al principio, "me sentía muy solo y no fue lo esperado de un futbolista profesional. Pensé que habría fama, con amigos, con mucha gente. Al final sabía que estaba peleando por un puesto en un equipo donde no me conocían. No fue fácil".
Un día, prosiguió, "rezando en una iglesia encontré mi paz. En el invierno de Chile, con mucha lluvia, estaba congelado, sentado solo en la iglesia de la Asunción. Estaba rezando frente al tabernáculo, solo frente al Señor. Rezaba por estar cómodo, por tener más paz, para que las cosas me fueran bien en el fútbol. Y justo ahí en silencio, yo escuchaba en el fondo de mi corazón, escuchaba en inglés: 'be my priest' (sé mi sacerdote) Y no lo podía creer".
Esa experiencia, explicó Chase, "era muy incómoda y no lo quería escuchar. Yo le decía (a Dios) no sabes lo que estás diciendo, pero yo estaba convencido, no era algo que podía haber soñado yo mismo, nunca había pensando en esto y no lo quería. Sabía que era el llamado del Señor".