VATICANO,
En la Audiencia General de este miércoles en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco condenó nuevamente la cultura del descarte, y afirmó que Dios no actúa de acuerdo a los parámetros de esta, sino que como el Buen Pastor –que no se resigna a perder a alguna de sus ovejas-, sale en búsqueda de cada uno de sus hijos, especialmente de los más pecadores y abandonados.
"Somos todos avisados: la misericordia hacia los pecadores es el estilo con el cual actúa Dios y a esta misericordia Él es absolutamente fiel: nada ni nadie podrá alejarlo de su voluntad de salvación. Dios no conoce nuestra actual cultura del descarte, en Dios esto no cabe. Dios no descarta a ninguna persona; Dios ama a todos, busca a todos… ¡Todos! Uno por uno. Él no conoce esta palabra 'descartar a la gente', porque es todo amor y toda misericordia", aseguró el Papa desde la Plaza de San Pedro.
El Pontífice señaló que la imagen del Buen Pastor que lleva sobre sus hombros a la oveja perdida "representa la atención de Jesús hacia los pecadores y la misericordia de Dios que no se resigna a perder alguno", además Cristo narra esta parábola para "hacer entender que su cercanía con los pecadores no debe escandalizar, sino al contrario provocar en todos una seria reflexión sobre cómo vivimos nuestra fe".
Francisco dijo que la pregunta de Jesús: "Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla?", es una paradoja "que induce a dudar del actuar del pastor", pues acaso "¿es sabio abandonar las noventa y nueve por una sola oveja? Y además, ¿no en la seguridad de un redil, sino en el desierto?". "¿Qué cosa pueden hacer noventa y nueve ovejas indefensas?".
"La paradoja –añadió- continua diciendo que el pastor, al encontrar a la oveja, 'la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: Alégrense conmigo'. Entonces, ¡parece que el pastor no regresa al desierto a buscar a todo el rebaño! Tendido hacia aquella única oveja parece olvidar las otras noventa y nueve. Pero en realidad no es así. La enseñanza que Jesús quiere darnos es mejor dicho que ninguna oveja puede perderse. El Señor no puede resignarse al hecho que una sola persona pueda perderse".
"Él podría razonar: 'Pero, hago un balance: tengo noventa y nueve, he perdido una, pero no es tanta la perdida, ¿no?'", dijo Francisco. Sin embargo, el Pastor "va a buscar aquella, porque cada una es muy importante para Él y aquella es la más necesitada, la más abandonada, la más descartada; y Él va ahí a buscarla".