VATICANO,
El Papa Francisco presidió este miércoles su tradicional Audiencia General en la Plaza de San Pedro, donde reflexionó sobre la parábola del Buen Pastor para recordar que para Dios cada uno de sus hijos es importante y por tanto no se resigna a que alguno pueda perderse.
A continuación el texto completo gracias a la traducción de Radio Vaticana:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Conocemos todos la imagen del Buen Pastor que lleva sobre sus hombros a la oveja perdida. Desde siempre este icono representa la atención de Jesús hacia los pecadores y la misericordia de Dios que no se resigna a perder alguno. La parábola es narrada por Jesús para hacer entender que su cercanía con los pecadores no debe escandalizar, sino al contrario provocar en todos una seria reflexión sobre cómo vivimos nuestra fe.
La narración presenta de una parte a los pecadores que se acercan a Jesús para escucharlo y de otra parte a los doctores de la ley, los escribas sospechosos que se alejan de Él por su comportamiento. Estos se alejan, porque Jesús se acerca a los pecadores. Estos eran orgullosos, eran soberbios, se creían justos.
Nuestra parábola se desarrolla en relación a tres personajes: el pastor, la oveja perdida y el resto del rebaño. Pero quien actúa es sólo el pastor, no las ovejas. El pastor es el único verdadero protagonista y todo depende de él. Una pregunta introduce la parábola: «Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla?».