SANTIAGO DE CHILE,
Rafael Muñoz era un niño de siete años que padecía una severa discapacidad motora. Antes de fallecer dibujó la iglesia de sus sueños, un templo que curiosamente tuvo casi la misma forma tiempo después cuando se hizo realidad en Chile.
Esta historia se remonta a 1972, cuando la comunidad de la capilla Nuestra Señora del Carmen, ubicada en Totihue a 110 kilómetros de Santiago de Chile, comenzó a celebrar la Misa en un silo (granero) que tenía más de 200 años de antigüedad.
A pesar de su deterioro y de los murciélagos, los fieles celebraron allí la Eucaristía durante casi 40 años hasta que ocurrió el terremoto del 27 de febrero de 2010, fecha en la que dejaron de asistir al lugar por el peligro de derrumbe.
El sacerdote a cargo de la capilla, P. Iván Guajardo, explicó que todos los sucesos posteriores al terremoto fueron "obra de Dios", un tiempo que estuvo marcado por la Virgen María en esta localidad perteneciente a la diócesis de Rancagua.
"Nos consagramos a ella y le dijimos tú tienes que venir y quedarte en esta tierra", contó el sacerdote.