En el pasado, el demonio intentó, sin éxito, evitar que se difundiera el "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen (VD)" de San Luis María Grignon de Montfort, que propone un método de consagración a Jesús por medio de la Virgen María, y que ha sido adoptado por grandes santos como los papas San Juan Pablo II y San Pío X.
El Tratado estuvo extraviado 130 años. Al ser hallado fue reconocido por su autenticidad y pureza doctrinal por el Papa Pío IX en un decreto del 12 de mayo de 1853, un año antes de la promulgación del dogma de la Inmaculada Concepción.
En el manuscrito, el santo vaticina la persecución de su obra, su casi desaparición y los padecimientos que él mismo viviría por revelar la doctrina que explica la función de la Santísima Virgen en el plan divino de la salvación y en la vida del cristiano.
"Preveo claramente que muchas bestias rugientes llegan furiosas a destrozar con sus diabólicos dientes este humilde escrito y a aquel de quien el Espíritu Santo se ha servido para redactarlo o sepultar, al menos, estas líneas en las tinieblas o en el silencio de un cofre a fin de que no sea publicado" (VD 114).
San Luis María Grignon de Montfort sufrió un intento de asesinato y su Congregación de los Misioneros de la Compañía de María recibió diversos ataques en tiempos de herejías, como el jansenismo o el iluminismo.
"Atacarán, incluso, a quienes lo lean y pongan en práctica. Pero, ¡qué importa! ¡Tanto mejor! Esta perspectiva me anima y hace esperar un gran éxito, es decir, la formación de un escuadrón de aguerridos y valientes soldados de Jesús y de María, de uno y otro sexo, que combatirán al mundo, al demonio y a la naturaleza corrompida, en los tiempos, como nunca peligrosos, que van a llegar" (VD 114).