SANTIAGO,
En el marco del conflicto mapuche en el sur de Chile, a lo largo de este año 2016 ya son seis las iglesias católicas y dos templos evangélicos los que han sido destruidos, una situación que suscita diversas preguntas sobre los motivos para estos ataques.
Para Sergio Muñoz, analista político graduado en la Universidad de Amsterdam en Holanda, "la mayor parte son ataques ejecutados por grupos que responden a un plan político y disponen de dinero y armas".
En una columna publicada en el diario La Tercera, Muñoz afirmó que "los violentistas dañan en los hechos al pueblo que dicen querer liberar. Creen ciegamente que el fin justifica los medios, como lo demuestra la quema de iglesias. Su poder se basa en la agresión y el amedrentamiento. ¡No representan al pueblo mapuche!".
Por su parte, el P. Joaquín Alliende, Expresidente de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS) y primer rector del Santuario Nacional de Maipú en Chile, escribe que "cuando la discriminación comunitaria, política y racial rompe sus ya dramáticas fronteras y cae en el enfrentamiento religioso, se conculca lo más neurálgico de las culturas y de las naciones".
En una carta publicada en el diario El Mercurio, el reconocido sacerdote señala que "lo de La Araucanía ya había llegado a la zona del asesinato cruel de personas inocentes", en referencia a la muerte del matrimonio de Werner Luchsinger y Vivianne Mackay, asesinados en enero de 2013 tras un ataque incendiario al fundo donde vivían.
"Eso ya era una profanación brutal del templo vivo que es cada persona humana. Ahora, quemar templos es dinamitar lo más profundamente humano de lo humano, y será así más fácil que se cometa toda suerte de crímenes y tropelías", agrega.