ROMA,
Una delegación de obispos y sacerdotes de Francia visitan Irak del 17 al 21 de abril para ayudar a los jóvenes estudiantes cristianos que viven en los campos de refugiados en ese país de Medio Oriente.
Los obispos son Mons. Georges Paul Pontier, Arzobispo de Marsella y Mons. Stanislas Lalanne, Obispo de Pontoise. También los acompañan el P. Pascal Gollnisch, director general de l'Oeuvre d'Orient (Trabajo de Oriente), una asociación francesa de ayuda a los cristianos en Oriente; y el P. Olivier Ribadeau-Dumas, secretario general y vocero de la Conferencia Episcopal Francesa (CEF).
Estos jóvenes estudiantes están dentro del grupo de los 120 mil cristianos que huyeron de las ciudades en la llanura del Nínive cuando el Estado Islámico atacó la región en 2014.
Cuando estos estudiantes llegaron a la ciudad de Erbil tuvieron problemas para continuar sus estudios porque la currícula estaba en idioma kurdo y ellos hablan árabe. Ahora cerca de 400 podrán asistir a la facultad de la ciudad de Kirkuk, donde se ha implementado un programa educativo en su lengua.
El viaje fue iniciativa de Mons. Pontier y de Mons. Yousif Thomas Mirkis, Arzobispo Caldeo de Kirkuk, y forma parte del proyecto "Soutenez les étudiants en Irak" (Apoyemos a los estudiantes en Irak) que se inició el año pasado y busca recaudar cerca de un millón y medio de euros para ayudar a los jóvenes iraquíes a continuar con sus estudios. Está a cargo de la CEF y l'Oeuvre d'Orient.
Al llegar a Irak, los obispos fueron a Kirkuk donde celebraron una Misa y se reunieron con los estudiantes y visitaron las casas donde viven.