San Hermenegildo fue un príncipe visigodo que vivió entre finales del s. V y la segunda mitad del s. VI. Su padre, el rey Leovigildo, lo educó en el arrianismo (doctrina herética muy difundida entre los visigodos que fue minando la estructura de la Iglesia por todas partes, incluso “ganando” sacerdotes y obispos) pero el joven príncipe terminó rechazando esta doctrina, motivo por el que acabaría asesinado.
El error y la mentira esclavizan
La historia de Hermenegildo, en consecuencia, es la de un converso, no de religión, pero sí de la forma de entender la fe: proveniente de las canteras del error en torno a la Trinidad, fue conducido a la luz de la verdad -Cristo es Dios por toda la eternidad y como Dios ofreció su vida para salvación de los hombres-.
El arrianismo es una herejía con base en la doctrina cristiana, pero que distorsiona completamente la comprensión de la Santísima Trinidad y su dogma. Su origen se atribuye a Arrio (Libia, 250 - Constantinopla, 336), quien negaba la divinidad de Jesucristo sosteniendo que éste provenía efectivamente del Padre, pero había sido creado.
Apertura a la verdad
San Hermenegildo nació en Medina del Campo, Valladolid (en ese entonces Hispania), alrededor del año 564. Su padre, Leovigildo, fue el último monarca entre los visigodos que profesó el arrianismo, que le resultó útil para afianzar su poder político durante su reinado (569 y 586), gracias al apoyo de sus líderes y partidarios.