VATICANO,
El Papa Francisco recordó esta mañana que la persecución “es el pan cotidiano de la Iglesia”, causada en muchos casos por leyes que aprueban las potencias mundiales y que quitan al hombre la libertad incluso de objeción de conciencia. Se trata de “la apostasía”, cuyo jefe es “el príncipe de este mundo”, subrayó el Pontífice.
En la homilía que pronunció durante la Misa que presidió en la capilla de la Casa Santa Marta, repasó algunas persecuciones que se narran en la Biblia: la de Esteban, el primer mártir, o la de los “pequeños mártires” asesinados por Herodes, a los que se unen muchos cristianos que son asesinados por su fe y otros que son perseguidos “educadamente” al manifestar que son “hijos de Dios”.
Francisco comentó la lectura de los Hechos de los Apóstoles del día en el que se describe el martirio de San Esteban.
“La persecución, yo diría, es el pan cotidiano de la Iglesia. Jesús lo ha dicho. Nosotros, cuando hacemos un poco de turismo por Roma y vamos al Coliseo, pensamos que los mártires eran aquellos asesinados por los leones. Pero los mártires no fueron sólo aquellos allí, o aquellos otros. Son hombres y mujeres de todos los días: hoy, el día de Pascua, hace apenas tres semanas… Aquellos cristianos que festejaban la Pascua en Pakistán fueron martirizados precisamente porque festejaban a Cristo Resucitado. Y así la historia de la Iglesia va adelante con sus mártires”, dijo el Pontífice.
Al hablar de las persecuciones actuales, el Santo Padre indicó que “hay otra persecución de la que no se habla tanto”, una persecución “disfrazada de cultura, disfrazada de modernidad, disfrazada de progreso”:
“Es una persecución –yo diría un poco irónicamente– ‘educada’. Es cuando se persigue al hombre no por confesar el nombre de Cristo, sino por querer tener y manifestar los valores del Hijo de Dios. ¡Es una persecución contra Dios Creador en la persona de sus hijos!”