ERBIL,
En el año 2014, cuando el Estado Islámico tomó las ciudades iraquíes de Mosul y Qaraqosh huyeron unos 120 mil cristianos. En este grupo había casi seis mil niños que perdieron sus hogares, escuelas, amigos y se vieron obligados a cambiar su estilo de vida. Pero no han perdido todo y lo que les queda es cada vez más fuerte: la fe.
Para que esta se mantenga viva, una misionera francesa de nombre Carin ha desarrollado un plan de catequesis donde, aparte de enseñar a orar a los niños, también les da la oportunidad de "encontrarse personalmente con Jesús, dar y recibir su amor".
Según explicó a ACI Prensa, Carin dicta sus catequesis una vez a la semana en la escuela dirigida por las hermanas dominicas de Santa Catarina de Siena en la ciudad de Erbil, en el Kurdistán iraquí, donde colabora como voluntaria.
Al colegio asisten cerca de 600 niños y este se mantiene gracias a las donaciones de organizaciones como Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) y Catholic Near East Welfare Association (CNEWA).
La mayoría de los alumnos, incluyendo a las religiosas, viven en los llamados "contenedores" en el campo de refugiados ubicado en el barrio de Ankawa.