VATICANO,
Este miércoles, durante la primera Audiencia General de abril, el Papa Francisco continuó con las catequesis sobre la misericordia de Dios para invitar a los fieles a reconocerse pecadores, porque "todos tenemos la posibilidad de recibir" el perdón del Padre; y a la vez para llamar a no juzgar a los demás porque todos tenemos "nuestras miserias".
"Cuántas veces nosotros decimos: 'Éste es un pecador, éste ha hecho esto, aquello…' y juzgamos a los demás. ¿Y tú? Cada uno de nosotros debería preguntarse: 'si éste es un pecador. ¿Y yo?'. Todos somos pecadores, pero todos somos perdonados: todos tenemos la posibilidad de recibir este perdón que es la misericordia de Dios", expresó el Pontífice ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.
Francisco, que había culminado las catequesis sobre la misericordia de Dios en el Antiguo Testamento, inició este miércoles sus reflexiones sobre cómo Jesús la lleva a su "pleno cumplimiento" en el Nuevo Testamento, con su culmen en el sacrificio de la cruz.
"Podemos contemplar todavía más claramente el gran misterio de este amor dirigiendo la mirada a Jesús crucificado. Mientras está por morir inocente por nosotros pecadores, Él suplica al Padre: 'Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen'", indicó el Papa, y aseguró que en la cruz Cristo presenta nuestros pecados a la misericordia de Dios "y con ella todos nuestros pecados son borrados. Nada ni nadie queda excluido de esta oración sacrificial de Jesús".
Por ello, dijo que "no debemos temer en reconocernos y confesarnos pecadores". "Todos somos pecadores, pero todos somos perdonados: todos tenemos la posibilidad de recibir este perdón que es la misericordia de Dios".
"¡El sacramento de la Reconciliación hace actual para cada uno la fuerza del perdón que brota de la Cruz y renueva en nuestra vida la gracia de la misericordia que Jesús nos ha traído! No debemos temer nuestras miserias: no debemos temer a nuestras miserias. Cada uno de nosotros tiene las suyas. La potencia del amor del Crucificado no conoce obstáculos y no se acaba jamás. Y esta misericordia borra nuestras miserias", afirmó.