LIMA,
"Cuando muera quiero ir directo al cielo, algún día iré directo al cielo", decía el P. Juan Carlos Andrade Herrera, sacerdote peruano que falleció en un accidente en el departamento de Piura el 27 marzo, Domingo de Resurrección.
Días antes de su muerte el presbítero consoló y dio ánimo a una catequista que perdió a un pariente en Viernes Santo: "mujer, ¿por qué estás triste?, ¿quién no quisiera morir en Semana Santa? Es la semana mayor y más importante. Es una bendición morir en la semana más importante".
El Arzobispo de Piura Mons. José Antonio Eguren Anselmi, recordó al presbítero y dijo que "el Señor Jesús quiso llevarlo al cielo el mismo día en que Él venció a la muerte y en pleno Año de la Misericordia. Detalles de amor que quizás hoy no entendemos plenamente pero que comprenderemos en la eternidad".
Asimismo añadió que la partida del P. Andrade, que había renovado sus promesas sacerdotales unos días antes, "será fuente de muchos frutos de santidad" y que ahora podrá "interceder por más vocaciones para Piura y Tumbes".
La muerte del presbítero también generó numerosas muestras de cariño por parte de sus amigos que lo recuerdan como "la paz andando" puesto que siempre transmitía tranquilidad.
"Muy entregado en lo que hacía, nunca decía 'no puedo'. Era muy querido, comprometido, sencillo, perseverante, recto y planificado por mejorar la pastoral de su parroquia conformada en su mayoría por campesinos y gente muy humilde", dijo Santos Ramírez, amigo del sacerdote y secretario de la Parroquia San Lorenzo Mártir.