BUENOS AIRES,
El Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina, explicó que el corazón de Dios está lleno de misericordia y por eso "nadie podrá poner límite" a su amor que siempre perdona.
Así lo indicó el Purpurado en la Misa Crismal el Jueves Santo en la que cientos de sacerdotes renovaron las promesas de su ordenación en la basílica de San José de Flores.
El Cardenal dijo luego que "solo se permanece delante de Dios si se es pequeño y mendicante. La gente que se acerca a nuestras comunidades tiene derecho a encontrarse con quienes han visto el rostro misericordioso del Señor, con quienes han estado con Dios, y habiéndolo frecuentado, reparten generosamente los bálsamos de su misericordia".
"La misericordia siempre será más grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona", precisó.
Citando el magisterio del Papa Francisco que ha convocado al Año Santo de la Misericordia que concluye en noviembre, para que sea de "gracia y de perdón", el Cardenal indicó que "la misericordia se muestra como la fuerza que todo lo vence; llena de amor el corazón y consuela con el perdón; es fuente de alegría, de serenidad y de paz; es condición para nuestra salvación".
El Arzobispo de Buenos Aires recordó luego varios "acontecimientos que viviremos en nuestra Patria: el Año de la Misericordia, el Congreso Eucarístico Nacional, el Bicentenario de la Independencia, la beatificación de Mamá Antula y la canonización del Cura Brochero. Todo esto es como un manantial de gracias que Dios ha dispuesto para nuestro tiempo".