ROMA,
A sus 34 años de edad, Jim Caviezel se perfila como un actor de gran proyección en Hollywood. Desde su trabajo en The Thin Red Line (La Delgada Línea Roja) y luego Montecristo, se convirtió en uno de los actores favoritos del medio, pero nunca pensó que en tan poco tiempo podría encarnar el papel más importante de su carrera: Caviezel es Jesús en la película Passion, que actualmente Mel Gibson rueda en Italia.
Para Caviezel, que no duda en proclamar su fe católica, el papel de Cristo representa un desafío espiritual y físico que afronta con esfuerzo, oración, meditación y la permanente asistencia de María.
En una entrevista concedida al diario canadiense Globe and Mail desde Sassi di Matera -escenario de la película-, el testimonio de Caviezel estremeció a la reportera Gayle MacDonald y anticipó una película que podría ser la representación más gráfica del dolor que padeció Cristo en las últimas 12 horas de su vida.
La exigencia
Según MacDonald, el trabajo de Caviezel ha trascendido el intenso frío del invierno italiano y el dolor de huesos, no en vano pasó los últimos 15 días casi desnudo colgado en una cruz para escenificar la Crucifixión.
"Cuando el viento toca la cruz, a tantos pies de altura, el aire te congela los huesos. La cruz comienza a temblar y piensas que se va a romper.Todo lo que haces es moverte y rezar", confiesa el actor que agrega no haber estado nunca tan exhausto, ni atravesar tanto dolor físico y mental.