VATICANO,
El Papa Francisco presidió esta tarde la celebración Penitencial en la Basílica de San Pedro con ocasión de la jornada "24 horas con el Señor", donde invitó a los fieles a acercarse al sacramento de la Confesión y así dejar atrás la ceguera del espíritu "que impide ver lo esencial" y "fijar la mirada en el amor que da la vida".
"El pecado también tiene este efecto: nos empobrece y aísla". "Es una ceguera del espíritu, que impide ver lo esencial, fijar la mirada en el amor que da la vida; y lleva poco a poco a detenerse en lo superficial, hasta hacernos insensibles ante los demás y ante el bien", dijo el Papa.
Francisco reconoció que "la presencia cercana de Jesús permite sentir que, lejos de él, nos falta algo importante. Nos hace sentir necesitados de salvación, y esto es el inicio de la curación del corazón. Luego, cuando el deseo de ser curados se hace audaz, lleva a la oración, a gritar ayuda con fuerza e insistencia, como hace Bartimeo", dijo el Papa en su homilía en referencia al Evangelio proclamado en la liturgia.
Este Evangelio narra la historia del ciego Bartimeo y cómo Jesús le cura después de gritarle pidiéndole ayuda. "Cada uno de nosotros se encuentra en la situación de Bartimeo", dijo Francisco.
"Su ceguera lo había llevado a la pobreza y a vivir en las afueras de la ciudad, dependiendo en todo de los demás", recordó sobre la historia.