MADRID,
Hace unas semanas la oficina europea de la policía (Europol) reconocía desconocer el paradero de 10.000 niños refugiados llegados a Europa. A pesar de que Italia y Alemania son los países de mayor flujo migratorio, en España la revista Vida Nueva ha contabilizado al menos 113 menores inmigrantes desaparecidos, según informes de Cruz Roja de 2015.
Según destaca Cruz Roja en un reportaje de investigación publicado en Vida Nueva, "desgraciadamente estos números no suponen más que la punta del iceberg", pues si estos datos se cruzan con los proporcionados por el Defensor del Pueblo, ACNUR o la Fundación Amaranta, la alarma de este drama invisible es aún mayor.
"Es duro decirlo, pero los niños que desaparecen de nuestros centros ya no aparecen...", alerta Pilar Casas, directora de Amaranta, llevada por las religiosas adoratrices.
Casas también denuncia la falta de iniciativas de las autoridades públicas, pues aunque se han incrementado los análisis de ADN de los menores que atraviesan las fronteras para frenar a las mafias, la falta de seguimiento y control en territorio español hace que el esfuerzo caiga en saco roto.
Además, según las entidades que trabajan para proteger a los menores, están la falta de una ley contra la trata, del desarrollo de la Ley de Asilo y de un plan coordinado de atención.
El reportaje de investigación de Vida Nueva detalla casos concretos como el ocurrido en septiembre de 2013, de siete bebés llegados a Puente Genil en manos de siete mujeres que decían ser sus madres.