CIUDAD DE MÉXICO,
"El Señor te dio amor, regrésaselo en ellos" los migrantes, fue la exhortación que hizo una de las voluntarias de la Casa del Migrante en Ciudad Juárez (México), una iniciativa de la Iglesia para acoger temporalmente a las miles de personas que, a pesar de los peligros, deciden cruzar Centroamérica y México para llegar a Estados Unidos.
La Casa del Migrante en Ciudad Juárez vivió en los últimos días la expectativa por la visita del Papa Francisco a México, en especial a esta ciudad fronteriza con Estados Unidos, donde las personas que trabajan como voluntarias y algunos migrantes acogidos compartieron sus experiencias.
Una de ellas es Alicia Núñez, una mexicana que junto a sus pequeños hijos dejó su natal Oaxaca luego de ser abandonada por su esposo. "No hay nadie que me apoye, y económicamente estamos bastante mal, y yo quiero que estudien y salgan adelante, que salgamos adelante todos para que no estemos padeciendo hambre, mucha necesidad", expresó a ACI Prensa.
Sin embargo, el fenómeno de la migración también tiene el rostro de los niños y adolescentes migrantes; menores mayormente originarios de Centroamérica que deciden viajar solos para huir no solo de la pobreza, sino también de la violencia en sus países.
Esto fue recordado por Graciela Bautista, una de las voluntarias de la Casa del Migrante que expresó su preocupación por los peligros que corren. "No les importa morir en el camino, ellos quieren alcanzar los sueños". Por eso pidió que tras la visita del Papa Francisco "la gente cambie, se sensibilice y que los veamos como hermanos, como hermanos en Cristo, que no haya diferencia porque son personas igual que nosotros".
En ese sentido, María Serrano, otra de las voluntarias, recordó a los católicos que "Cristo nos enseñó levantarnos; por qué no levantar al otro, por qué no abrazarlo, por qué no besarlo. El Señor te dio amor, regrésaselo en ellos".