Mons. Paul J. Bradley, Obispo de Kalamazoo, Michigan (Estados Unidos), ofreció sus oraciones y condolencias por las víctimas de un tiroteo en el que seis personas fallecieron y al menos dos quedaron gravemente heridas la noche del sábado 20 de febrero.
"Estamos conmocionados y apenados por los horrendos actos de violencia en nuestro querido Kalamazoo", dijo Mons. Bradley en un comunicado publicado el domingo en el sitio web de la diócesis.
"Nuestros pensamientos y oraciones van para las familias y seres amados de los seis inocentes cuya vida llegó a su fin sin piedad. Que vivan siempre con Dios en la vida del mundo futuro", indicó.
Eligiendo blancos aparentemente aleatorios, Jason Brian Dalton, un conductor de 45 años de la empresa de taxis Uber, abrió fuego contra una mujer ubicada al exterior de unos apartamentos. Después disparó a un padre e hijo que veían carros en un concesionario de autos, y también a un grupo de mujeres en el restaurante Cracker Barrel.
Entre los ataques, Dalton seguía recogiendo clientes de Uber como si nada hubiera sucedido.
Según las autoridades, el taxista fue arrestado cerca de las 12:40 a.m. del domingo después de que su automóvil fuera descubierto por una cámara de vigilancia al dejar el estacionamiento de un bar.