CIUDAD DE MÉXICO,
Sabrina Puig, tiene ocho años y sólo la mitad del corazón. Esta pequeña tiene una enfermedad llamada ventrículo izquierdo hipoplásico, debido a que un lado del corazón no se le desarrolló. Ha sido operada cuatro veces y depende de los médicos para sobrevivir. Esta niña tuvo la oportunidad de abrazar al Papa Francisco en México.
Sabrina pasó la valla de seguridad afuera de la Nunciatura Apostólica en Ciudad de México y corrió hacia el Santo Padre a quien abrazó con fuerza.
Su madre, Karla Robles, dijo a ACI Prensa que la niña puede realizar las mismas actividades cotidianas de cualquier otra persona, aunque se cansa rápido. No puede hacer mucho ejercicio. Para ayudarla, están inscritas en la fundación Kardias, que atiende a niños con problemas cardiacos.
Gracias a la fundación, ayer 14 de febrero, ambas fueron junto a otros nueve niños, acompañados de sus padres, a esperar al Pontífice afuera de la Nunciatura.
"Tuvimos la fortuna de estar al frente de la puerta, ahí nos acomodaron. Yo no sabía pero la sección amarilla era para los enfermos y el Papa sabe que ellos necesitan su saludo y su bendición, creo que por eso se acercó", comentó Karla.