CIUDAD DE MÉXICO,
El Papa Francisco decidió incluir en su programa una especial visita a niños enfermos en el Hospital pediátrico Federico Gómez. Allí dirigió unas palabras a los pequeños y a quienes sirven en este centro de salud. A continuación el texto completo de las palabras del Santo Padre:
Señora Primera Dama.
Señora Secretaria de Salud.
Señor Director.
Miembros del Patronato.
Familias aquí presentes.
Amigos y amigas.
Queridos niños Buenas tardes a todos.
Agradezco a Dios la oportunidad que me regala de poder venir a visitarlos, de reunirme con ustedes y sus familias en este hospital. Poder compartir un ratito de sus vidas, la de todas las personas que trabajan como médicos, enfermeras, miembros del personal y voluntarios que los atienden. Tanta gente que está trabajando para ustedes.
Hay un pedacito en el Evangelio que nos cuenta la vida de Jesús cuando era niño. Era bien chiquito, como algunos de ustedes. Un día los papás, José y María, lo llevaron al Templo para presentárselo a Dios. Y ahí se encuentran con un anciano que se llamaba Simeón, el cual cuando lo ve, muy decidido el viejito y con mucha alegría y gratitud, lo toma en brazos y comienza a bendecir a Dios.
Ver al niño Jesús provocó en él dos cosas: un sentimiento de agradecimiento y las ganas de bendecir. Da gracias a Dios y le vinieron ganas de bendecir al viejo. Simeón es el «abuelo» que nos enseña esas dos actitudes fundamentales de la vida: agradecer y a su vez bendecir.
Acá yo los bendigo a ustedes, los médicos los bendicen a ustedes cada vez que los curan, las enfermeras, todo, todo el personal que trabaja los bendicen a ustedes los chicos pero ustedes también tienen que aprender a bendecirlos a ellos y a pedirle a Jesús que los cuide porque ellos los cuidan a ustedes.