VATICANO,
El Papa Francisco presidió a primera hora de la mañana una Misa en la Basílica de San Pedro con cientos de frailes capuchinos, con motivo de la exposición estos días de los cuerpos del Padre Pío y de Leopoldo Mandic, ambos de esta orden.
En su homilía, les pidió no caer en el pelagianismo y les invitó a retomar el carisma del perdón, porque "el que no sabe perdonar es un gran condenador". A su vez, habló de la actitud que todo confesor tiene que tener ante la persona que acude a confesarse porque está arrepentido de sus pecados.
"Quien es el gran acusador en la Biblia es el Diablo", afirmó. "En cambio, Jesús pasó tantas horas de oración y de escuchar a la gente como San Pío y San Leopoldo, aquí".
"Esto que les digo a ustedes, se los digo a todos los confesores. Si no saben hacerlo bien, que hagan otra cosa. Pidan esta gracia, yo la pido para ustedes, para todos los confesores, también por mí", dijo.
El Santo Padre habló de dos actitudes: "Una actitud de grandeza ante Dios que se expresa en la humildad y otra actitud de mezquindad que viene descrita por el mismo Jesús, de cómo hacían los doctores de la ley, que todo era preciso, pero dejaban de parte la ley para hacer sus pequeñas tradiciones".
Francisco recordó que "la tradición de los capuchinos es una tradición de perdón, de dar el perdón, entre ustedes hay muchos buenos confesores, porque se sienten pecadores".