LOS ÁNGELES,
"La injusticia fundamental en nuestra sociedad es la eliminación de vidas inocentes no nacidas mediante el aborto y el asesinato de los enfermos e indefensos a través de la eutanasia y el suicidio asistido".
Así lo afirmó el Arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos), Mons. José H. Gómez, en el Congreso Hispano Pro Vida realizada en el Mater Dei High School en la localidad de Santa Ana en el estado de California.
En su exposición pronunciada el 30 de enero, el Arzobispo aseguró que ante esta realidad, "la Iglesia debe proclamar, en todo tiempo y lugar, que el derecho a la vida es la base de todos los demás derechos y el verdadero fundamento de la justicia y la paz en la sociedad".
Como ejemplo de la labor que le toca al movimiento pro-vida, el Prelado se refirió al evento Una Vida que reunió a unas 20 mil personas a fines de enero, con el que intentan promover "una nueva perspectiva que oriente nuestros esfuerzos, una perspectiva más amplia e inclusiva".
Mons. Gómez señaló que la lucha del movimiento pro-vida no es una cuestión política sino cultural y espiritual: "hemos de pensar más en términos de cambiar nuestra cultura. Hemos de trabajar por lograr un nuevo humanismo cristiano, una nueva visión de la sociedad y del destino humano que tenga sus raíces en el Evangelio".
Tras reiterar que "el punto central para nosotros no es (…) algo político (sino que) es espiritual", el Arzobispo resaltó que el Evangelio de la vida, sobre el que escribió el Papa San Juan Pablo II, "es parte de la misión cristiana; esa misión que Jesús le dio a su Iglesia".