VATICANO,
El Papa Francisco aseguró hoy al presidir el rezo del ángelus que todo creyente está expuesto a una tentación: "considerar la religión como una inversión humana y, en consecuencia, ponerse a 'negociar' con Dios buscando el propio interés".
El Pontífice explicó que, en cambio "en la verdadera religión se trata de acoger la revelación de un Dios que es Padre y que se preocupa de cada una de sus criaturas, también de aquellas más pequeñas e insignificantes a los ojos de los hombres".
Y este en esto consiste el ministerio de Jesús: "en anunciar que ninguna condición humana pueda constituir motivo de exclusión -¡ninguna condición humana puede ser motivo de exclusión!- del corazón del Padre, y que el único privilegio a los ojos de Dios es aquel de no tener privilegios".
"El único privilegio a los ojos de Dios es aquel de no tener privilegios, de no tener padrinos, de abandonarse en sus manos", añadió.
Francisco comentó el Evangelio de la liturgia del día en el que Jesús en la Sinagoga de Nazaret primero se sorprenden de sus palabras y luego murmuran de él. "Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra", les responde Jesús.
"A este punto los presentes se sienten ofendidos, se levantan indignados, echan a Jesús fuera del pueblo y quisieran arrojarlo por el precipicio", explicó el Santo Padre.