ROMA,
Miles de familias se manifestaron esta tarde en el "Circo Massimo" de Roma para defender a la familia frente a la intención de los políticos italianos de aprobar una ley que equipararía las parejas homosexuales al matrimonio natural hombre-mujer. La llamada ley "Cirinnà" pretende legalizar también los llamados "vientres de alquiler" o maternidad subrogada, así como la adopción de niños por homosexuales y la ideología de género en las escuelas.
El Comité "Defendamos a nuestros hijos" junto a numerosas asociaciones familiares, movimientos y nuevas comunidades de la Iglesia fueron los encargados de reunir dos millones de personas, según la organización, en contra de esta ley.
En las últimas semanas, también el Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, el Cardenal Angelo Bagnasco, invitó a participar para mostrar el desacuerdo con los políticos que quieren aprobar la ley la próxima semana. De hecho, lo que hace semanas empezó a organizarse como un encuentro de católicos se transformó pronto en un evento civil al que mostraron su apoyo también otras confesiones religiosas e incluso no creyentes.
El responsable de la organización y de guiar el acto fue Massimo Gandolfini, prestigioso médico que lucha contra la llamada teoría o ideología de género desde hace años. "Somos muchísimos, muchos más de los que pensábamos en un principio", dijo en un momento del encuentro. "Está plaza no está contra nadie" sino contra una ley que "no es aceptable desde la primera a la última palabra", destacó.
"Se podría hacer una operación de maquillaje, pero debe ser totalmente eliminada, no cambiar algunas palabras, lo decimos con franqueza", señaló al tiempo que aplaudía la gente.
Para el médico, en el caso de continuar renegando de la familia natural "no existirán más las familias, sino modelos diversos, y los niños serán los principales perjudicados", explicó.