VATICANO,
Los cristianos son para Dios un tesoro personal que cuida, protege y al que le une una relación de amor muy fuerte y por tanto nunca ha sido indiferente a su sufrimiento. Lo afirmó esta mañana en el Vaticano el Papa Francisco al repasar brevemente la historia del pueblo de Israel como ejemplo de la misericordia de Dios.
"La misericordia de Dios está presente a lo largo de toda la historia del pueblo de Israel", dijo al comenzar este miércoles una nueva catequesis en la Audiencia General.
Pero "el Señor, mediante su siervo Moisés, guía a Israel en el desierto como si fuese un hijo, lo educa en la fe y hace una alianza con él, creando una unión de amor muy fuerte, como el de un padre con su hijo o el de un esposo con su esposa", explicó el Santo Padre.
El Pontífice afirmó que "Dios propone una relación de amor particular, exclusiva, privilegiada" puesto que "el pueblo es para él una 'pertenencia' diversa, especial: su personal 'reserva de plata y oro' como aquella que el rey David afirma haber donado para construcción del Templo".
"La misericordia del Señor hace al hombre precioso, como una riqueza personal que Le pertenece a Él, que Él custodia y en la que se complace".