VATICANO,
El Papa Francisco presidió este lunes la celebración de las Vísperas por la Solemnidad de la Conversión de San Pablo, donde invitó a seguir trabajando por la unidad de los cristianos, y señaló que así como el Apóstol, que experimentó el perdón de Dios, "también nosotros no podemos no anunciar el amor misericordioso que nos ha conquistado y transformado".
El Pontífice celebró las vísperas en la Basílica de San Pablo Extramuros, donde también estuvieron presentes representantes de otras confesiones cristianas con ocasión de la clausura de la Semana de Oración por la unidad de los cristianos.
En su homilía, Francisco recordó que antes de su conversión, Saulo de Tarso –anterior nombre de Pablo-, se había dedicado a perseguir a los primeros cristianos.
Sin embargo, luego del episodio de Damasco, Pablo, en su Primera Carta a Timoteo, agradeció a Jesús por fortalecerlo y considerarlo "digno de confianza, llamándome a su servicio a pesar de mis blasfemias, persecuciones e insolencias anteriores".
"Pero fui tratado con misericordia, porque cuando no tenía fe, actuaba así por ignorancia. Y sobreabundó a mí la gracia de nuestro Señor, junto con la fe y el amor de Cristo Jesús", escribió el Apóstol.
"La sobreabundante misericordia de Dios –afirmó Francisco- es la única razón en la cual se funda el ministerio de Pablo, y es al mismo tiempo lo que el Apóstol tiene que anunciar a todos".