ROMA,
En la madrugada del 16 al 17 de enero, el ejército turco ha bombardeado Sharanish (Irak), un pueblo ubicado en la frontera con Turquía en la gobernación de Dohuk donde viven cristianos caldeos y asirios.
Los bombardeos han generado el pánico y han hecho que los cristianos huyan a la ciudad de Zajo, en medio del fuerte frío y la nieve del invierno.
Al respecto, el Patriarcado de Babilonia de los Caldeos ha expresado su firme condena a esta acción militar turca y la ha calificado como "totalmente injustificada".
Asimismo han hecho un llamado al Gobierno autónomo del Kurdistán iraquí para que tome "las medidas necesarias para defender a sus ciudadanos".
El ataque –se lee en el comunicado del Patriarcado difundido por la agencia vaticana Fides– se realizó "con el pretexto de la lucha contra las posiciones de los curdos del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán)".