VATICANO,
"La Misericordia ha sido el 'hilo conductor' que ha guiado mis viajes apostólicos durante el año pasado", afirmó este lunes el Papa Francisco en el tradicional discurso que dirigió al Cuerpo Diplomático acreditado en la Santa Sede, ante quienes hizo un breve recuento de sus visitas apostólicas realizadas a América, Asia, Europa del Este y África, donde abrió la primera Puerta Santa del Jubileo de la Misericordia.
Durante su extenso discurso, en el que abordó principalmente la crisis migratoria que enfrenta Europa a raíz de los cientos de miles de personas que huyen de la violencia en Medio Oriente, el Papa se refirió a su viaje a Sarajevo realizado en junio pasado, "ciudad profundamente golpeada por la guerra en los Balcanes (en la década de 1990) y capital de un país, Bosnia y Herzegovina, que tiene un significado especial para Europa y para el mundo entero".
"Como encrucijada de culturas, naciones y religiones se está esforzando, con resultados positivos, en construir puentes nuevos, valorar lo que une y ver las diferencias como oportunidades de crecimiento en el respeto de todos". "Esto es posible –afirmó el Papa– a través del diálogo paciente y confiado, que sabe respetar los valores de la cultura de cada uno y acoger lo que hay de bueno en las experiencias de los demás".
Luego recordó su visita a Bolivia, Ecuador y Paraguay, "donde encontré pueblos que no se rinden ante las dificultades y se enfrentan con valentía, determinación y espíritu de fraternidad a los muchos retos que los afligen, empezando por la pobreza generalizada y las desigualdades sociales".
"En el viaje a Cuba y a los Estados Unidos de América –afirmó– pude abrazar a dos países que durante mucho tiempo han estado divididos y que han decidido escribir una nueva página de la historia, emprendiendo un camino de acercamiento y reconciliación".
La familia como escuela de misericordia