ROMA,
El convento de las Hermanas Siervas de María Santísima Dolorosa en la ciudad italiana de Florencia ha sido reconocida ahora como "Casa de la vida" por la Fundación internacional Raoul Wallenberg por haber escondido a 12 niñas judías perseguidas durante la II Guerra Mundial, durante el nazismo, informa la agencia Ansa.
Esta fundación es una Organización no Gubernamental cuya misión es desarrollar proyectos educativos y de divulgación que promuevan el ejercicio de los valores de solidaridad y coraje cívico que animaron las gestas de los Salvadores del Holocausto.
El próximo miércoles 13 de enero en la casa generalicia de la congregación se celebrará un acto en el que se descubrirá una placa que recuerda lo que hicieron las monjas al salvar la vida de las pequeñas.
La historia ocurrió en otoño de 1943 cuando la superiora general, la madre Magdalena Cei, respondiendo al llamado del entonces Cardenal de Florencia, Mons. Elia Dalla Costa, acogió y escondió a las niñas que provenían de Polonia, Bélgica y Francia.
Al concluir la guerra, casi todas las niñas se reencontraron con sus padres o familiares, aunque no fue así para todos. Por ejemplo, Sara y Michal Nissenbaum, que en el convento tomaron el nombre de Odette y Michelina Laurent, perdieron a toda su familia y el tribunal de Menores le confió su patria potestad al rabino jefe de Florencia.
Ellos, años después, desearon recordar el periodo transcurrido en el convento y la hermana Magdalena fue declarada "Justa entre las naciones", una distinción que otorga el judaísmo a las personas que merecen consideración y respeto por un hecho importante.