SANTIAGO DE CHILE,
Ataque a un templo católico en Brasil, manifestaciones de abortistas en una catedral de Argentina, profanación de objetos sagrados en México, destrucción de imágenes religiosas en Chile, son solo algunos ejemplos de las numerosas agresiones que ha sufrido la Iglesia Católica en los últimos tiempos. ¿Son estas acciones una alerta frente a un fenómeno creciente de intolerancia religiosa?
La asesora jurídica de la organización legal Alliance Defending Freedom (Alianza en Defensa de la Libertad), Sofia Martínez, dijo a ACI Prensa que, si bien pueden existir elementos culturales e históricos que responden a los hechos, de acuerdo al "contexto actual que estamos viviendo y lo que hemos visto en Europa y América del Norte" la razón principal es "la intolerancia religiosa que está comenzando a permear los países de América Latina y el Caribe".
El fenómeno, explicó Martínez, es alentado por el "activismo abortista y el lobby gay" cuyas "redes internacionales trabajan para generar resentimiento hacia la religión y han participado en el desarrollo de la cultura latinoamericana. Controlan muchos centros de poder. Estos vienen del gobierno, organismos internacionales, organizaciones bien financiadas, empresas multinacionales, universidades, medios de comunicación, del entretenimiento e incluso ahora del deporte".
Martínez, quien es también consejera legal de ADF para América Latina, manifestó a través de un documento presentado ante la Corte Constitucional de Colombia que "donde se adopten leyes anti-discriminación de orientación sexual e identidad de género se han menoscabado derechos fundamentales como la libertad de expresión, libertad de conciencia y la libertad de asociación".
La abogada tomó como ejemplo la persecución religiosa en México iniciada en 1920 y afirmó que "desde entonces ha existido una clara línea trazada entre la Iglesia y el Estado". Por otro lado, en Colombia "la libertad de conciencia ha sido negada a los médicos y enfermeras que no quieren practicar abortos debido a sus convicciones religiosas".
"En Argentina, se ha vuelto común los ataques violentos contra las iglesias en manifestaciones anuales de grupos feministas. En otros lugares el clero está siendo silenciando. Cada país es diferente pero en todos los casos esta intolerancia se expone como una campaña más amplia para reemplazar la libertad, con la coerción y opresión gubernamental", agregó Martínez.