LOS ÁNGELES,
Melissa Cook, de 47 años, fue contratada por un hombre para ser vientre de alquiler de un bebé concebido con su esperma y los óvulos de una joven donante de 20 años. Sin embargo, los planes de su empleador cambiaron al saber que ella estaba esperando trillizos.
A Melissa, natural de California (Estados Unidos), le implantaron tres embriones fecundados in vitro. Según su contrato, le correspondían 33 mil dólares por el primer bebé y 6 mil dólares por cada bebé adicional.
Contra todo pronóstico, los tres embriones se desarrollaron de forma saludable. Pero su empleador solo quiere dos de los tres bebés y la amenazó con llevarla a la ruina financiera si no aborta a uno de los trillizos.
Inicialmente Melissa, madre de cuatro hijos propios, casi cede a la presión de su empleador para someterse al aborto. Sin embargo, según reportó el diario estadounidense The New York Post, decidió tener a los tres bebés y ha presentado una denuncia de inconstitucionalidad contra la ley de maternidad subrogada (vientres de alquiler) de California.
"Ya no veo los acuerdos de subrogación de la misma forma favorable con la que alguna vez los vi. Los niños obtienen un beneficio especial de su relación con su madre", aseguró en un comunicado remitido al Post.