MADRID,
Mons. Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba (España), envió su carta pastoral semanal en la que habla de la unidad de las familias, especialmente presente en los días de Navidad. También destacó la importancia de la complementariedad entre los esposos que los convierte en "administradores de la vida". "Todo hijo tiene derecho a nacer de ese abrazo amoroso, que no puede sustituirse nunca por la pipeta de laboratorio", apuntó el Prelado.
"La entrada en la historia humana de Jesús se ha producido en el seno de una familia humana, con un padre, una madre y un hijo. Y han vivido de su trabajo, en el hogar familiar donde se ejercitan las virtudes domésticas por los lazos del amor de unos con otros", explica el Prelado quien recuerda que la Santa Familia de Nazaret es "modelo para todas las familias por el servicio mutuo, la convivencia, el amor e incluso el cariño y la ternura de unos con otros".
Mons. Fernández explica que la familia comienza con la "unión de los esposos que normalmente se convierten en padres. Varón y mujer, creados en igualdad de dignidad fundamental, son distintos para ser complementarios".
En esa complementariedad el Obispo destaca el "genio femenino" que enriquece grandemente la familia.
"La unión complementaria de los esposos los convierte en administradores de la vida. Del abrazo amoroso de los esposos, proceden los hijos", asegura el Prelado quien también afirma que "todo hijo tiene derecho a nacer de ese abrazo amoroso, que no puede sustituirse nunca por la pipeta de laboratorio".
El Obispo calificó la fecundación in vitro como "un aquelarre químico de laboratorio" ya que tener un hijo "es siempre un don de Dios, fruto de la relación amorosa de los esposos, que se abren generosamente a la vida".