MADRID,
De esta manera concluye que "del pensamiento único no se desprende una mayor facilidad para la acción política conjunta. Y no es difícil entrever que la explicación de este hecho tiene mucho que ver con la lógica del poder".
Sin embargo el Obispo anima a ir a la raíz del fenómeno. "Cuando la acción política deja de respetar la ley natural y ya no cree en ella, el concepto de 'bien común' es sustituido por el de 'interés general'", que son conceptos muy distintos.
En ese sentido, explica que del "bien común" nadie puede quedar excluido, "la justicia es buena para todos: Lo que es verdaderamente bueno para mí, no puede ser malo para el otro".
Sin embargo cuando la política no parte de "un concepto de justicia insertada en una ley natural", se limita a invocar el "interés general".
Un concepto en el que "se esconde una lucha de intereses "particulares", en la que siempre tiene las de perder el más débil", como son los "inocentes concebidos y no nacidos". "En la lógica de la ideología de género, el derecho de la mujer a decidir, puede estar en contraposición con el derecho a la vida del nasciturus. Si negamos el 'bien común', solo cabe el 'interés general'; que obviamente, ya sabemos cuál es: el del más fuerte", señala.
Mons. Munilla explicó que "la batalla por la defensa de vida humana más débil, no se juega exclusivamente en las leyes".