Como es tradición en la Iglesia, la noche del 24 de diciembre se empieza a celebrar de manera solemne la Natividad del Señor. Al día siguiente, el 25 de diciembre, día central de las celebraciones, empieza la llamada “Octava de Navidad”; es decir, el ciclo de ocho días continuos en los que se prolonga el gozo por el nacimiento del Niño Dios, tal y como si se tratase de “un gran domingo”.
Este año 2023, la Octava de Navidad empieza el lunes 25 de diciembre y concluye el lunes siguiente, 1 de enero, con la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios.
El ciclo de ocho días
La celebración de la “Octava” tiene sus raíces en el Antiguo Testamento. El pueblo de Israel tenía la costumbre de celebrar las grandes fiestas durante ocho días. Un ejemplo de esto puede apreciarse en el relato del Génesis (Gen 17, 9-14) en el que se narra cómo los judios recordaban la Alianza de Dios con Abraham por espacio de ocho días. En el último día se circuncidaba a los niños varones recién nacidos.
Esta tradición prosigue en el Nuevo Testamento. Jesús mismo, como todo judío, fue circuncidado ocho días después de nacer (aunque es con su resurrección como se sella aquello que la Iglesia entiende por “octavo día”). Ciertamente, el Señor se levantó de entre los muertos el “primer día de la semana” (Cfr: Mt 28, 1; Mc 16, 2; Lc 24, 1; Jn 20, 1), el domingo, y ese “primer día” es al mismo tiempo el “octavo” (es decir, el día siguiente del séptimo de la semana, el sábado, habitualmente consagrado al reposo por el pueblo de Israel).