27 de noviembre de 2024 Donar
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Para la ley su hija fallecida era un "desecho patológico", para ella su pequeña Victoria

Jacqueline Grosso ante la sepultura de su hija Victoria Jazmín / Foto: Cortesía Jacqueline Grosso

"Victoria pesó menos de 500 gramos, para mí lo era todo. Ella me enseñó a dar esta lucha que llevó hace tres años desde que fui agredida físicamente en mi vientre", relató a ACI Prensa Jacqueline Grosso, activista pro-vida en Uruguay, quien con cinco meses de embarazo fue golpeada sin provocación alguna por un hombre que le estaba cortando el suministro del agua de su casa. Esta brutal acción provocó la pérdida de su hija en gestación.

El incidente ocurrido el 9 de marzo de 2012 tuvo un golpe aún más duro cuando en el hospital donde le indujeron el parto, en Montevideo, le dijeron que no podían entregarle el cadáver de su hija pues era un "desecho patológico" por pesar menos de 500 gramos. La pequeña Victoria fue trasladada a un laboratorio y colocado en un frasco con formol.

"Fue muy triste. Di a luz a mi bebé luego de que los médicos me indujeron el parto con Misoprostol, estando ella viva pero sin líquido amniótico, ya que los médicos consideraban que ella era inviable", relató Jacqueline.

"La nena daba tantas pataditas en mi vientre como diciendo 'mamá quiero vivir' pero yo nada podía hacer. Se me iba de las manos, pero sentí en mi interior una voz que me decía '¡lucha mamá! , no dejes que mi existencia haya sido en vano, yo te elegí mamá'", recordó.

"Verla nacer sin vida envuelta en una mantita es lo peor que una mamá pueda ver. Más aún  saber que fue a un Laboratorio Anatomopatológico cuando en realidad lo que una madre quiere es acunar a su hijo. Sentís que te quedas con las manos vacías".

Jacqueline confesó que "el hecho de no haberla podido abrazar me marcó tanto que durante un año y medio no descansé hasta lograr que a mi bebé se le reconociera el derecho a la dignidad humana con el argumento de que mientras estuvo en mi vientre estaba viva y eso le daba ese derecho".

Finalmente, el 18 de diciembre de 2013, en un hecho inédito y sin precedente en Uruguay,  esta madre logró que un fallo judicial convirtiera a su hija en el primer bebé con peso menor a 500 gramos en ser reconocido como persona. Y un 28 de diciembre, día de cumpleaños de Jacqueline y también Día de los Inocentes, por fin Victoria pudo ser sepultada.

"Esto para mí fue completar parte del duelo que consiste en la negación a la pérdida, la resignación, y luego la aceptación que se logra con el tiempo", explicó Jacqueline a ACI Prensa.

"Logré fortalecerme dando lucha a lo que para mí estaba mal. Ver cómo se trata a los niños no nacidos fue algo que me dolió tanto como cuando perdí a mi bebé", expresó.

A raíz de lo vivido, Jacqueline se convirtió en una ferviente activista pro-vida en Uruguay y ahora quiere llevar su caso al Sistema Interamericano de Derechos Humanos bajo la representación de la ONG chilena Comunidad y Justicia para que de una vez por toda se reconozcan los derechos de los no nacidos.

"Comunidad y Justicia se interesó en mi caso sin jamás haberlo imaginado. En mi país encontré el silencio pero en un país hermano encontré un nuevo comienzo", agradeció esta madre, quien también administra la página pro-vida en Facebook Justicia por Victoria Jazmin.

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La activista también elaboró un documento para proponer un proyecto de ley que busca que en su país "se consagre el derecho a la identidad del no nacido, que los padres puedan registrar sus nombres y apellidos en una partida de defunción y no se los siga considerando N/N y obviamente el derecho a que puedan ser sepultados los no nacidos menores a 500 gramos dejándose de ser desechos sino bebes".

El proyecto también contempla modificaciones al Código de Proceso Penal de Uruguay para que toda agresión a una embarazada que termine en un aborto tenga penas similares a la del homicidio.

Respecto a los países que tiene aborto legal, despenalizado (como Uruguay) o están en proceso de despenalización, Jacqueline sostuvo que "están transitando el camino equivocado, y una vez que se toma ese paso es imposible reparar el daño causado".

Para ella, "la solución a un embarazo vulnerable o de dificultad nunca puede ser la violación del Derecho Humano a la Vida, es decir, la muerte de un niño o una niña inocente", sino que "tiene que apuntar a ayudar a esas madres, a contenerlas, a darles oportunidades para salir adelante con su embarazo en forma digna".

"En nuestra sociedad falta mucha solidaridad con las mujeres en situación vulnerable; entonces, para ciertas personas, les resulta más fácil 'matarle' a su hijo legalizando el aborto, y que sea problema de ella, en vez de ayudarla a que salga adelante, e integrarlos a ambos a la sociedad", afirmó Jacqueline.

El próximo 28 de diciembre se cumple un nuevo aniversario desde que Jacqueline pudo sepultar a su hija, precisamente, en un Día de los Inocentes –que conmemora la matanza de niños ordenada por Herodes-. Es por esto que en el Cementerio del Norte de Montevideo, Uruguay, se realizará un acto simbólico cuya consigna será llevar una flor en homenaje al primer bebé menor a 500 gramos en tener una digna sepultura, para que nunca más un bebé sea tratado como "desecho patológico".

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