VATICANO,
El Papa Francisco dedicó la Audiencia General de este miércoles a explicar las razones que le han llevado a convocar el Jubileo de la Misericordia que inauguró ayer con la apertura de la Puerta Santa y que concluirá el 20 de noviembre de 2016, fiesta de Cristo Rey. En su Catequesis de este día reconoció además que la necesaria renovación de las instituciones y estructuras de la Iglesia son un medio para vivirla.
"¿Por qué un Jubileo de la Misericordia? ¿Qué significa esto?", preguntó. "La Iglesia tiene necesidad de este momento extraordinario. ¡No digo que es bueno, no!, digo: la Iglesia tiene necesidad".
"En nuestra época de profundos cambios, la Iglesia está llamada a ofrecer su particular contribución, haciendo visibles los signos de la presencia y de la cercanía de Dios. Y el Jubileo es un tiempo favorable para todos nosotros, porque contemplando la Divina Misericordia, que supera todo límite humano y resplandece sobre la oscuridad del pecado, podemos ser testimonios más convincentes y eficaces".
El Papa explicó entonces que "dirigir la mirada a Dios, Padre misericordioso, y a los hermanos necesitados de misericordia, significa poner la atención sobre el contenido esencial del Evangelio: Jesucristo, la Misericordia hecha carne, que hace visible a nuestros ojos el gran misterio del Amor trinitario de Dios".
Así, "celebrar un Jubileo de la Misericordia equivale a poner de nuevo en el centro de nuestra vida personal y de nuestras comunidades lo específico de la esperanza cristiana".
Francisco aseguró que el Año Santo "es ofrecido para experimentar en nuestra vida el toque dulce y suave del perdón de Dios, su presencia junto a nosotros y su cercanía sobre todo en los momentos de mayor necesidad".