Cada 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción de María, la Iglesia también celebra a la Madre de Dios bajo la advocación de ‘María Desatanudos’ (Maria Knotenlöserin). A través de esta, los fieles piden la intercesión de la Virgen María para que “desate los nudos” que complican la vida, o que desaparezcan los obstáculos que impiden llegar a Dios.
Origen y simbolismo
Esta advocación mariana tiene su origen en la devoción surgida en torno a una obra del pintor alemán Johann Georg Melchior Schmidtner (1625 - 1705). La pintura, terminada en el año 1700, presenta a la Inmaculada Concepción (María Inmaculada) adornada con algunos elementos de profundo simbolismo cristiano.
En el cuadro, perteneciente al barroco alemán, la Madre de Dios aparece flanqueada por dos ángeles: mientras uno de ellos le alcanza una cinta llena de nudos -representación del pecado original y sus consecuencias-, el otro recibe de manos de la Madre la cinta desatada. De esta forma, el cuadro se convierte en una hermosa alegoría de los auxilios que la Virgen obtiene a sus hijos para que puedan enfrentar las dificultades de la vida o resolver aquellos problemas que se presentan como verdaderos “nudos”.
Sobre la figura de la Virgen cae una luz suave que representa la presencia del Espíritu Santo; mientras que, en la parte inferior del cuadro, a menor escala, se puede apreciar un hombre caminando entre sombras, pero que está acompañado de un arcángel -como San Rafael Arcángel guió a Tobías, el profeta-. Este es un recordatorio de cómo los ángeles guían a los hijos de Dios a través de los senderos de la existencia.