MADRID,
El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, ha enviado su carta pastoral semanal en la que habla de la próxima fiesta de la Purísima Concepción que se celebrará el martes 8 de diciembre. En ella anima a mirar a la Virgen cuando hay dificultades y problemas, para sentir "el alivio de la gracia".
"La fiesta de la Inmaculada brilla con esplendor de cielo azul" y "llena de alegría el alma del pueblo cristiano", asegura el Obispo de Córdoba. María "no conoció el pecado. Fue toda limpia y hermosa, llena de gracia y santidad", agregó.
El Obispo de Córdoba afirmó que la vieja Europa "ignora sus raíces cristianas" y en ella "va creciendo el ateísmo militante, fruto del alejamiento de Dios de muchedumbres inmensas, en una 'apostasía silenciosa' generalizada".
Un alejamiento de Dios causado por el pecado "del egoísmo en todas sus formas" como son "las injusticias, corrupción, desprecio de la vida y de los derechos humanos, odios, guerras". "El pecado ha hecho y sigue haciendo estragos en la historia de la humanidad", precisa. Mons. Fernández explica que a pesar de las dificultades y problemas "en medio de todo ese estiércol ha brotado una flor, cuyo fruto maduro va a ser su Hijo, nuestro Señor Jesucristo".
"Es un balón de oxígeno para el cristiano en todo tiempo mirar a María, la Purísima, la concebida sin pecado, la llena de gracia", insiste el Obispo porque, según precisa, al mirar a la Virgen "sentimos el alivio de la gracia, que en ella resplandece con toda plenitud. El corazón se nos llena de esperanza".
El Obispo de Córdoba recordó que "el pecado más grande de nuestros días es la pérdida del sentido del pecado" por eso explicó que al contemplar la belleza de María "nos sentimos atraídos por esa meta a la que Dios quiere llevarnos: libres de todo pecado y llenos de gracia y santidad".