LONDRES,
La pequeña Hope Lee sufría de anencefalia, sus padres decidieron no abortarla y tras una breve vida de solo 74 minutos se convirtió en la donante de órganos más joven del Reino Unido.
Los padres de Hope concibieron mellizos, un hombre y una mujer. En la semana 13 de gestación supieron que la niña padecía la malformación letal en cerebro y cráneo. Los médicos advirtieron que tendría una breve vida y les propusieron abortarla.
Emma y Andrew Lee no aceptaron la propuesta y decidieron que donarían los riñones de Hope. Los mellizos nacieron la semana pasada y la pequeña Hope vivió 74 minutos.
"Tuvimos tiempo para planear todo lo que queríamos hacer y el hospital pudo poner en marcha el trasplante de riñón y extraer algunas células del hígado", explicó Andrew y recordó que "justo antes de morir, rodeó mi dedo con los suyos y rompí a llorar".
Para la madre, la decisión del trasplante "fue muy difícil" pero "sabemos que hizo algo bueno en su breve vida. Estamos orgullosos de que ella haya logrado tanto en tan poco tiempo".
Los padres de Hope confirmaron que no abortar fue su mejor decisión porque pudieron pasar un tiempo muy valioso con su pequeña y su hija mayor Maddie, de 5 años, pudo conocer y cargar a su hermanita.