VATICANO,
El Papa Francisco explicó esta mañana que la evangelización o la misión es capaz de transformar a los fieles en verdaderos discípulos que dejen a un lado los miedos y pidió estar en un estado permanente de misión.
En su opinión, en la actualidad "no sirve una simple administración de la realidad existente. Constituyámonos en todas las regiones de la tierra en un estado permanente de misión", dijo.
"La misión, de hecho, es una fuerza capaz de transformar la Iglesia en su interior, incluso antes que la vida de los pueblos y de las culturas". "Por lo tanto, que cada parroquia haga propio el estilo de la misión ad gentes", pidió, porque "de ese modo, el Espíritu Santo transformará a los fieles de los 'hábitos' en discípulos, a los discípulos desafectos en misioneros, sacándolos de los miedos y los cierres y proyectándolos en todas las direcciones, hasta el fin del mundo".
Al recibir esta mañana en audiencia a los participantes en la asamblea plenaria de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, que ha reflexionado estos días sobre la missio ad gentes (misión a las gentes) a la luz del Decreto Conciliar Ad gentes y de la encíclica de San Juan Pablo II Redemptoris misio, afirmó que "la Iglesia vive y crece 'en salida', tomando la iniciativa y haciéndose prójimo".
"El enfoque kerygmático de la fe, tan familiar entre las Iglesias jóvenes, debe encontrar también espacio entre las de antigua tradición", subrayó.
"Sólo así es capaz de mantener su frescura y su impulso apostólico", explicó. "Y la Iglesia está al servicio de la misión. No es la Iglesia la que hace la misión: es la misión la que hace la Iglesia. Por lo tanto, la misión no es la herramienta, sino el punto de partida y el fin".