VATICANO,
El Papa Francisco ha escrito el prólogo a una edición de la Biblia alemana destinada a los jóvenes en el que les pregunta: "¿Quieren hacerme feliz? ¡Lean la Biblia!". En el texto, Francisco asegura que se trata de "algo divino: un libro como fuego, un libro en el que Dios habla", y ofrece algunos consejos para su lectura.
"Mis queridos jóvenes amigos, si ustedes vieran mi Biblia quizás les sorprendería. Dirían: '¿Qué? ¿Esta es la Biblia del Papa? ¡Un libro así viejo, así de desgastado!'", escribe bromeando Francisco.
Pero va más allá y continua: "Podrían también regalarme una nueva, quizás también una de 1.000 euros: no, no la querría. Amo mi vieja Biblia, aquella que me ha acompañado la mitad de mi vida. Ha visto mi alegría, se ha mojado por mis lágrimas: es mi inestimable tesoro. Vivo por ella y por nada del mundo la apartaría de mí".
En el texto, el Papa pide que la Biblia no termine apartada en las estanterías de la librería, "en tercera fila", "llenándose de polvo". Porque "un día, vuestros hijos la venderán a un mercado de segunda mano. ¡No! ¡Esto no puede ser!", exclama.
"Quiero decirles una cosa: hoy, todavía más que en los inicios de la Iglesia, los cristianos son perseguidos; ¿cuál es la razón?", se pregunta. "Son perseguidos porque llevan una cruz y dan testimonio de Cristo; son condenados porque poseen una Biblia. Evidentemente la Biblia es un libro extremadamente peligroso, de tal riesgo que en ciertos países quien posee una Biblia es tratado como si escondiera en el armario una granada de mano".
El Pontífice comenta unas palabras del pensador hinduista Mahatma Gandhi que dijo una vez: "A ustedes cristianos se les ha confiado un texto que tiene en sí la cantidad de dinamita suficiente para hacer explotar en mil pedazos toda la civilización, para poner al mundo del revés y llevar la paz en un planeta devastado por la guerra. Sin embargo, la tratan como si fuese simplemente una obra literaria, nada más".