ROMA,
A puertas del Año Jubilar de la Misericordia, que empieza este 8 de diciembre, el Papa Francisco alentó un cambio de actitud frente a nuestros hermanos, y explicó que esto comienza por reconocernos amados por Dios a pesar de nuestros pecados.
"Cada uno de nosotros debe decir: 'Soy un desgraciado, pero Dios me ama así; entonces también yo debo amar a los otros del mismo modo'", señaló Francisco en una reciente entrevista con el semanario italiano Credere ("Creer").
El Santo Padre indicó que descubrir a un Dios que se conmueve por el hombre "nos llevará a tener una actitud más tolerante, más paciente, más tierna".
"En 1994, durante el Sínodo, en una reunión de los grupos, dije que se debía instaurar la revolución de la ternura, y un Padre sinodal –un buen hombre, que yo respeto y al cual quiero mucho– ya muy anciano, me dijo que no convenía usar este lenguaje y me dio explicaciones razonables, de un hombre inteligente, pero yo continúo diciendo que hoy la revolución es la de la ternura porque de aquí deriva la justicia y todo el resto", aseguró.
A modo de ejemplo, el Papa señaló que si un empresario emprendedor "contrata a un empleado de septiembre a julio" solamente, esto "no es justo porque le despide por las vacaciones en julio para después volverle a contratar con un nuevo contrato de septiembre a julio".
Al actuar así, "el trabajador no tiene derecho a la indemnización, ni a la pensión, ni a la seguridad social. No tiene derecho a nada".