Cada 1 de diciembre, el mundo se une para conmemorar el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, un evento que busca concienciar sobre esta enfermedad, rendir homenaje a quienes han perdido la vida a causa de ella y mostrar solidaridad con quienes viven con el VIH.
La Iglesia Católica es una de las instituciones que más hacen por las víctimas, atendiendo aproximadamente a una de cada cuatro personas afectadas en todo el mundo.
Según los datos más actualizados del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA o UNAIDS, por sus siglas en inglés), 39 millones de personas en todo el mundo vivían con el VIH en el 2022, es decir, aquellas contagiadas con el virus que no han desarrollado la enfermedad y necesitan tratamiento con antirretrovirales.
Desde 2010, las nuevas infecciones por VIH se han reducido en un 38%, pasando de 2.1 millones a 1.3 millones en 2022. Y desde su punto más alto, alcanzado en 1995, la disminución es del 59%.
Unas 630.000 murieron de enfermedades relacionadas con el sida a lo largo del 2022. La cifra de decesos se ha reducido en un 69% desde el máximo alcanzado en 2004 (2 millones), y en un 51% desde 2010 (1.3 millones).
Además, el año pasado 29.8 millones de personas accedieron a la terapia antirretroviral, frente a los 7.7 millones de 2010. Lamentablemente, 9.2 millones de seropositivas no tuvieron esa posibilidad el año anterior.