El Instituto para la Rehabilitación de la Mujer y la Familia de México (IRMA) compartió el testimonio de un joven anónimo de unos 30 años a cuya novia acompañó para que abortara a la hija de ambos hace algunos años. El padre señala que en algún momento durante el proceso se sentía devastado e incluso había considerado la idea de quitarse la vida.
En el testimonio que publica Desde la Fe de la Arquidiócesis de México el pasado 13 de noviembre, el joven comenta que cuando vio el ultrasonido (ecografía) de su bebé tuvo un fuerte llamado de consciencia: "traté de no ver (…) algo en mí empezaba a quebrarse, estuve a punto de desistir de aquella idea (abortar), tuve que entregar la hoja, yo estaba devastado, lleno de dudas, pero no dije nada".
En lugar donde a su novia le practicaron el aborto con fármacos, "los doctores le ofrecieron unas pastillas. Esa misma tarde, luego de consumir el medicamento, comenzó con los problemas de salud".
"Ella empezó con escalofríos, fiebre, dolores, arrojó coágulos de sangre y el color de su piel cambió por completo. Tuvimos que regresar al hospital de urgencia. Yo sentía que se estaba muriendo. Al llegar y ser revisada, los doctores me comunicaron que el procedimiento había salido mal y ahora la tenían que hacer un legrado", relató.
Cuando él mismo fue a la casa de la familia de su novia para contar lo sucedido, los padres de ella "se decepcionaron completamente de mí, hubo mucho enojo de su parte, yo me sentía realmente mal, no podía entender lo que pasaba a mi alrededor".
"Los malestares en mi novia continuaron por mucho tiempo. Ella ya no quedó bien. A cada rato regresábamos al hospital, tenía nuevos sangrados y con el paso del tiempo empezó a considerar la idea de quitarse la vida", dijo luego.